Nutrición para enfermedad renal

Lo que come tiene un efecto directo en sus riñones. Por lo tanto, su dieta es una parte muy importante de su plan de tratamiento para la enfermedad renal crónica. Sus necesidades dietéticas son únicas y dependen de muchos factores, incluida su función renal actual, otras afecciones de salud (diabetes, hipertensión, etc.), medicamentos, peso y salud en general.


Su dietista trabajará con usted para crear un plan de nutrición diario que tenga en cuenta todos estos factores y lo haga sentir lo mejor posible. Tenga en cuenta que a medida que su función renal cambia con el tiempo, también será necesario cambiar su dieta. Los análisis de sangre ayudarán a su equipo de atención médica a decidir cuándo serán necesarios estos cambios. Una dieta indicada para los riñones puede:

  • Satisfacer sus necesidades nutricionales;
  • Preserva sus riñones reduciendo su trabajo;
  • Ayudar a controlar la acumulación de residuos de alimentos, como la urea, en la sangre;
  • Minimice los síntomas, como fatiga, náuseas, picazón y mal sabor de boca.

Estos son los nutrientes que deberá tener en cuenta para ayudar a aliviar sus síntomas, controlar su presión arterial y mantenerse saludable:

Proteínas

Las proteínas forman, reparan y mantienen los tejidos del cuerpo. Además, ayudan a combatir infecciones y curar heridas. A medida que el cuerpo descompone los alimentos proteicos, se forma un producto de desecho llamado urea. Si la urea no se elimina de la sangre, puede hacer que los riñones trabajen más y provocar fatiga, náuseas, dolores de cabeza y mal sabor de boca. La mayoría de los canadienses consumen más proteínas de las que necesitan. Debe comer dos o tres porciones al día, cada una del tamaño de un paquete de cartas, a menos que su dietista le indique lo contrario. Hay proteínas en la leche, los huevos, las legumbres, los frutos secos, el pescado, las aves de corral y la carne magra.

Sodio

A medida que la función renal se deteriora, el cuerpo es menos capaz de eliminar el exceso de sodio de la sangre. Este sodio puede elevar la presión arterial y causar hinchazón en los tobillos y las piernas. Las personas con enfermedad renal crónica generalmente deben limitar su consumo de sal a menos de 2000 mg por día (una cucharadita de sal contiene 2300 mg de sodio). La mejor manera de hacerlo es reemplazar los alimentos procesados por alimentos caseros para que puedas controlar la cantidad de sal que absorbes. Los alimentos procesados como las carnes frías, los bocadillos, la comida rápida, las verduras enlatadas, el queso, los encurtidos y los condimentos tienen sal agregada. Incluso el pan y otros productos horneados a menudo contienen sal. Así que asegúrese de leer las etiquetas de los alimentos. Cuando cocine en casa, intente usar pimiento, cebolla, ajo, lima, limón o vinagre para sazonar su comida.

Fósforo (fosfato)

El fósforo es un mineral que mantiene los huesos fuertes y sanos. Sin embargo, una cantidad excesiva de fósforo puede causar picazón o dolor en las articulaciones. Cuando los riñones comienzan a fallar, el nivel de fosfato en la sangre aumenta. En este punto, es posible que deba limitar los alimentos que contienen fósforo, especialmente aquellos a los que se les agregan fosfatos para prolongar la vida útil o mejorar el sabor. Su dietista trabajará con usted para asegurarse de que limite los fosfatos y le proporcione los otros nutrientes que necesita para mantenerse saludable. Su médico también puede recetarle aglutinantes de fosfato, también conocidos como agentes aglomerantes de fosfato. Estos medicamentos se unen al fósforo en el intestino y el fósforo pasa a las heces.

Un diagnóstico de enfermedad renal crónica no significa necesariamente que tenga que seguir una dieta aburrida o insípida. El plan de nutrición diario que desarrolle con su dietista puede incluir todo tipo de alimentos frescos y deliciosos. 


Fuente: https://kidney.ca/Kidney-Health/Living-With-Kidney-Disease/Nutrition

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