Papas fritas vs. almendras
En un mundo perfecto, disfrutar de una porción diaria de papas fritas en lugar de almendras sería una opción simple, y no tendría consecuencias negativas al seleccionar la opción salada y frita.
Pero un experto de Harvard dice
que se debería tomar en cuenta los hallazgos de un nuevo estudio que respalda
este escenario con un grano de sal. Esta investigación financiada por la
industria de la papa sugiere que no hay una diferencia significativa entre
comer una porción de 300 calorías de papas fritas y una porción de 300 calorías
de almendras todos los días durante un mes, en términos de aumento de peso u
otros marcadores de riesgo de diabetes.
Tal vez comer papas fritas en
lugar de almendras llenas de proteínas no aumente la balanza a corto plazo,
pero eso no hace que la decisión sea igualmente saludable. Las almendras
crujientes y satisfactorias brindan beneficios para la salud, incluida la
reducción del colesterol LDL "malo". A largo plazo, son una opción
mucho mejor para ayudar a prevenir enfermedades crónicas, incluida la diabetes,
o retrasar sus complicaciones.
Se ha aprendido de muchos
estudios durante las últimas dos décadas que los estudios de pérdida de peso
que duran menos de un año probablemente arrojen resultados engañosos, por lo
que un estudio que dura solo 30 días es poco creíble.
El peso no es todo lo que importa
para la salud
Después de 30 días, los cambios
en la cantidad de grasa corporal y el peso corporal total fueron similares
entre los grupos de papas fritas y almendras. También se midieron los niveles
de glucosa e insulina a través de análisis de sangre después del ayuno.
Sin embargo, surgió una
diferencia clave: los participantes en el subgrupo de papas fritas tenían
niveles más altos de glucosa e insulina en la sangre justo después de comer sus
papas fritas en comparación con los que comieron almendras.
Es tentador concluir que no hay
mucha diferencia entre papas fritas y almendras: lo que cuenta son las
calorías. Pero una lectura más atenta refuerza la noción de que dos elementos
generalmente ubicados en extremos opuestos del espectro de alimentos saludables
están aún más alejados de lo que los hallazgos del estudio podrían hacernos
creer.
El único hallazgo claro fue que
el consumo de papas fritas aumentó la glucosa en sangre y la secreción de
insulina mucho más que las almendras. Esto es consistente con estudios a largo
plazo que muestran que el consumo de papas fritas está asociado con un mayor
riesgo de diabetes tipo 2, especialmente cuando se compara con los granos
integrales.